Las cámaras de mis alumnos están apagadas: ¿Cómo logro mantener el contacto con ellos?

Por Caleb Willow en We are Teachers (traducido por Sofía Miranda)

Cuando me conecto a mi clase virtual activo todas mis habilidades para ser multi-task. Tengo 15 pestañas abiertas en dos navegadores diferentes en dos monitores. Cuando los estudiantes entran, los saludo y les pido que preparen sus computadores para la clase cerrando el exceso de pestañas y que, por favor, se muteen. Veo que las cámaras se encienden y se apagan, oigo los ruidos de fondo de 40 casas diferentes y me preparo mentalmente para los próximos 90 minutos de clase. Comienza la sesión y yo parto con un ejercicio de respiración y extensiones de brazos. La mayoría de mis compañeros docentes exige que sus alumnos permanezcan en la cámara. Pero aquí es donde yo me desvío. Pido encarecidamente a mis alumnos que apaguen sus cámaras.

Ahora les contaré mis razones para no usar la cámara y mis estrategias para —aun así— lograr conectarme con mis alumnos.

Mis razones para mantener las cámaras fuera

A mis estudiantes les doy la opción de prender o no sus cámaras cuando ellos quieran. ¿Por qué? Sé que muchas familias comparten el ancho de banda entre varios niños y padres que trabajan desde casa. El 30% de mis estudiantes experimentan terribles problemas de retraso y el uso de una cámara duplica sus complicaciones.

También sé que estar «preparado para la cámara» significa diferentes cosas para diferentes niños. He igualado las condiciones al no exigir cámaras. Para algunos niños, todo lo que tienen que hacer es levantarse de la cama, mientras que otros se peinan y a veces se maquillan. ¿Y ahora? Cada alumno está representado por su avatar y, así, nadie tiene que estresarse por su aspecto.

La conciencia socio-emocional es también una consideración. Trabajo en una zona en que la mayoría de los niños van a escuelas públicas, así que el interior de algunas de estas casas no es lo que muchos niños quieren que vean sus compañeros. El acoso en línea es una amenaza real para nuestros estudiantes más vulnerables y no voy a poner a ningún estudiante en una posición en la que pueda sufrir abusos por algo que está fuera de su control.

Mis estrategias de compromiso con la cámara apagada

  • Medir su estado mental:

Comienzo mi clase todos los días diciendo: «En una escala de 1 a 5 pon cómo te sientes hoy en chat. El 1 significa que no te sientes bien y el 5 que es un gran día». Si los alumnos se sienten cómodos compartiendo por qué han elegido un número en particular, abro el debate para que puedan comentar cómo están. Un día, me olvidé de preguntar esto y un alumno escribió en el chat: «¿No nos va a preguntar cómo estamos, profesor?». Inmediatamente recibí una avalancha de números y razones de por qué se sienten así. Siempre doy la bienvenida a mis alumnos para que participen en debates sobre su vida cotidiana. Ahora mismo, y más que nada en el mundo, los alumnos necesitan saber que pertenecen a una comunidad y que hay un adulto que los apoya.

  • Vulnerabilidad:

Intento ser lo más directo, abierto y honesto posible al responder a las preguntas de mis alumnos. Esto crea inmediatamente un vínculo de confianza. Al verme ser honesto, ellos también los son conmigo.

Debido a que todo funciona online tengo que explicarles todo:

  • Cómo enviar un correo electrónico.
  • Cómo acceder a Canvas, Zoom, Meet, Teams o la plataforma que usemos para la videoclase.
  • Cómo poner el “asunto” en un correo electrónico.
  • Ponerle título a un documento de Office o Google.

Si puedo enseñarles estas herramientas, también puedo enseñarles a ser vulnerables.

  • Utiliza el chat:

Desbloquear los micrófonos masivamente puede ser problemático mientras los niños escuchan música, cuidan a su hermano que llora o se ocupan de una discusión familiar que está ocurriendo. En su lugar, mantengo abierta la función de chat y hago preguntas como: «Pon un 1 si estás de acuerdo o un 2 si no lo estás». Si abusan del chat, les recuerdo que todo lo que escriben queda registrado (las aplicaciones tienen mayormente opciones o extensiones para ello). Sin embargo, rara vez experimento un abuso del chat porque hemos establecido un vínculo respetuoso desde el comienzo.

Para finalizar, es importante entender que todos tenemos dificultades. Tanto si tus alumnos son estudiantes visuales, como si necesitan que se les repitan las instrucciones, o si odian estar en casa; las clases online son mucho más difíciles que estar en la sala. Como profesores hemos tenido que aprender nuevas tecnologías y enfrentarnos a la enseñanza en un aula silenciosa y sin rostro. Todo el mundo hace lo que puede en este nuevo mundo. Date a ti mismo y a los niños un poco de gracia. En mi caso, discutir con un alumno porque su cámara está apagada no es un uso eficiente de mi tiempo ni del de ellos.

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